La importancia de las notas radica en si pueden dar las respuestas sobre si los niños suspenden se deben a su falta de esfuerzo o a su propia capacidad. Por tanto, hemos de ir más allá de los simples números y cuantificaciones. Por ejemplo, puede pasar que el niño se esfuerce mucho y no saque los resultados deseados. Por tanto, las notas, evaluaciones y resultados se deben interpretar con cierto relativismo.Cuando el niño saca malas notas, nos indica que algo no va bien, por alguna razón el niño no alcanza los objetivos. Nos puede indicar: - Falta de hábito en el estudio. La causa principal de suspensos es la falta de estrategias para aprender a aprender. El niños no sabe estudiar y tiene dificultad para desarrollar esta capacidad PUBLICIDAD- Poca motivación. Es la segunda causa de suspenso. No les interesa el aprendizaje, ni lo entienden. Si algo no motiva, no hay interés. - Dificultades de aprendizaje. Cuando se dan dificultades en varias asignaturas y no es acorde con el esfuerzo que muestra, hay que plantearse que al niño le cuesta comprender y fijarse si no hay alguna incapacidad que los impida. - Falta de esfuerzo. Los niños se acostumbran a obtener las cosas sin esfuerzo, no comprenden la necesidad de dedicar voluntad para lograr algo. - Emociones encontradas. Estar preocupado, triste hace que impida la concentración necesaria para estudiar y sacar adelante los objetivos. 7 tips de cómo afrontar las malas notas de los niñosLas malas notas son el motivo de preocupación por excelencia de los padres, siendo una fuente de conflicto en el seno familiar. Hacer frente a estos malos resultados no es algo sencillo. Los adultos se sienten decepcionados y frustrados sin saber qué hacer para ayudar a sus hijos para poner solución. Por ello, es vital la confianza que deposite la familia en los profesores y la comunicación que haya entre ellos para buscar soluciones para encontrar el tipo de ayuda que requieran los niños. La labor de los padres es educar a sus hijos, pero antes de ayudarles a planificar el posterior estudio deben enfrentarse al 'drama' de los malos resultados obtenidos por el niño. Para ello, los adultos han de mantener la calma y afrontar la situación con una actitud de búsqueda de soluciones y no de reproches y castigos. 1- Nada de gritar Al levantar la voz lo único que se consigue es que el niño se asuste, llore o se sienta mal, y que no quiera contarnos nada. 2- Comunicación afectiva Escuchar de manera activa. Ir más allá de los que dicen y centrarse en los que sienten. Es muy probable que también estén frustrados y decepcionados. 3- No dramatizar Las malas notas son malas notas. Hay que dejar de lado actitudes depresivas. Lo que el niño necesita es ánimo. 4- Indagar en las causas Preguntar a los hijos por qué creen que has obtenido esas notas. A partir de su respuesta clara ver si es necesario consultar con especialistas. 5- Mostrar cariño Dar apoyo ya que el fracaso académico es una situación donde puede peligrar la autoestima del pequeño. 6- Ayudarles a que desarrollen más motivación e interés por el estudio Los padres pueden estimular la motivación de los pequeños con diferentes actividades. 7- Confeccionar junto a ellos un plan de estudio Que sea realista y motivador. AutorEscribe algo sobre ti mismo. No hay que ser elegante, sólo haz un resumen.
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Un niño que es un 'quejica crónico' y que sus padres no han puesto remedio ni le han educado para que deje de serlo es probable que se convierta en un adulto 'quejica' y respondón. Resulta muy importante que, desde que son pequeños, los padres eduquen a sus hijos 'quejicas' para que dejen de serlo y sepan comportarse de una forma más apropiada pudiendo canalizar las emociones que les hacen quejarse todo el tiempo (por cualquier cosa). Tendrás que controlar tus nervios y no ceder a las demandas de tu hijo sólo para que se calle porque entonces sus quejas poco a poco se convertirán en exigencias. No te pierdas los siguientes consejos para que no pierdas la cordura. 1. Mantén la calma. Es cierto que las quejas constantes de tus hijos pueden sacarte de tus casillas y ponerte de los nervios pero no te servirá de nada. Los niños podrán patalear, morder, gritar o llorar para que les mires y les hagas caso. Si gritas tú también o les reprochas su mal comportamiento estarás haciendo un refuerzo negativo, es decir, estará viendo que con su mala actitud está consiguiendo la atención que tanto quiere conseguir de ti. En este sentido, con calma y con firmeza podrás corregir el comportamiento de tu hijo diciendo cosas como: 'Por favor, pídelo adecuadamente' o quizá algo como: 'Por favor, no golpees mi pierda, no me gusta y duele'. Recuerda que si gritas para expresar tu frustración tu hijo también lo hará. 2. No cedas. Cuando los niños persisten en sus ‘quejas' muchos padres tienen la tentación de ceder sólo por no escucharles. Por este motivo es necesario que no cedas y que le hables con voz normal todo el tiempo. Haz caso omiso y haz como que lees o que haces otra cosa hasta que tu hijo empiece a hablar con normalidad, y sólo en ese momento podrás empezar a negociar una solución (que no significa tener que ceder a sus pretensiones). 3. No te olvides de los elogios. Si el mal comportamiento de tu hijo continúa tendrás que dejar clara la disciplina que utilizarás y decirle cosas como: 'Si sigues gritando a mamá tendrás que pensar en tu dormitorio durante unos minutos'. Cuando tu hijo esté en calma entonces tendrás que hablar con él para reforzar el mensaje de pedir disculpas y darle un abrazo con todo tu amor. La clave en la disciplina de los niños 'quejicas' es la consistencia. Aunque la mala conducta merece la atención de los padres y deberá ser corregida, el buen comportamiento también tendrá que ser elogiado. Si tu hijo resuelve un conflicto sin quejarse tendrás que elogiarle, ¡será todo un logro para él. AutorMaría José RoldánMaestra y Psicopedagoga Es verdad que en ciertos momentos puede ser de gran ayuda darles a los hijos pequeños un dispositivo móvil para que se entretengan en una sala de espera, en una reunión de adultos o simplemente mientras mamá prepara la comida… el problema es que de ahí a que esto se convierta en una necesidad casi permanente para que ellos estén contentos, hay solo un paso. Cada vez empiezan a pedirlo más y más y si no se les entrega pueden mostrarse realmente alterados siendo incapaces de entretenerse con nada más. Hay padres que no logran detectar estas situaciones a tiempo, ya que por desgracia están inmersos en su propia adicción a las pantallas y porque es una forma de tener a sus hijos contentos y entretenidos. A continuación, algunas conductas que nos hacen saber que es momento de frenar la situación:
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July 2021
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